La educación, filosofía, y malas
prioridades
Entrevistadora: María Fernanda Zavala,
Periodista
Entrevistada: Lic. Olga Navarro Benavides,
Comunicóloga Especializada
Hoy en día se ha descuidado mucho el impacto y ejercimiento del
conocimiento, la filosofía y la educación de calidad debido a la relevancia y
atención que le damos a ejemplos, medios y fuentes que carecen de una ética,
trascendencia e incluso sentido, requerida por nuestra naturaleza. De acuerdo
con la Lic. y comunicóloga Olga Navarro de la Universidad Panamericana, la
filosofía debería ser crucial en la vida de las personas, ya que tener acceso al
conocimiento proporcionado por ésta, permite formar un criterio más sólido,
sustentado, y utilizado para la correcta toma de decisiones de día a día ya que
la vida se basa en eso, decisiones.
Por otra parte, la Licenciada Olga comenta que éste carecimiento de
información evita que la gente tome decisiones correctas. Menciona a los
jóvenes de hoy en día, por ejemplo, quienes no saben lo que realmente vale la
pena ni lo que es correcto ya que no tienen acceso a la verdad. La filosofía, a
la vez, proporciona distintas perspectivas de pensamiento al igual que no te “casa”
con una idea. Permite al ser humano identificarse con ciertas ideologías,
corrientes con el fin de sustentar su pensamiento, no solamente por moda.
Conocer filosofía da estabilidad de pensamiento, al igual que estabilidad personal,
e identidad propia.
Reiteró que hace muchísima falta que sea parte del programa educativo,
tanto en escuelas públicas como privada. No sólo en prepa, si no en la
universidad como materia fundamental humanística. Es importante mencionar por
otra parte, la opinión de la entrevistada respecto a la introducción de la
filosofía desde la educación primaria: “La filosofía lleva consigo grandes
complejidades intelectuales que un niño de educación primaria no podría
resolver ni comprender, ya que éstos no tienen aún las competencias cognitivas
para interiorizar y comprender, al igual que concientizar y profundizar. Lo
mejor sería, por otra parte, la aproximación a tópicos más humanísticos de
carácter antropológico, al igual que una “pincelada” filosófica”.
Hablando de las diferencias entre las escuelas públicas y privadas, la
Licenciada Olga reitera que las escuelas públicas hoy en día están sumamente
ideologizadas, donde en algunos casos, enseñan contenido y valores deformados.
Están muy enfocadas a cuestiones pragmáticas dejando a un lado las humanidades,
propiciando una visión mecanicista y pragmática de la vida: Competir y tener
mejores calificaciones a partir de una lógica de “ser más” porque así lo exige
el sistema. No hay una enseñanza de límites ni valores sino más bien, se le da
prioridad absoluta al task achievement sin importar los medios.
Es un tema preocupante, ya que los jóvenes hoy en día no tienen valores,
ni nadie que les ponga límites con el fin de forjar su carácter y criterio, al
igual que la educación pública solo provee información que quiere el gobierno,
con el fin de construir gente más manipulable. Señala que, en las escuelas
privadas, generalmente hay ideologías más particulares al igual que más
criterios humanos donde se ve más por la dignidad de la persona. Sostiene que
el tener valores permite límites, y el tener límites permite tener una guía
para el correcto comportamiento. Las buenas escuelas generan trascendencia en
los jóvenes y pequeños, no tan mecanizada como las públicas.
¿De qué sirve matricular alumnos donde acaben su carrera en dos años?
¿Qué conocimiento se alcanza en ese lapso? Poco. Los maestros dejan de lado esa
vocación de educar las mentes jóvenes al igual que hacerlos sentir parte de una
sociedad que requiere cambio. Se está dejando de lado el servicio a los demás,
hacer el bien sin nada a cambio, tener una verdadera vocación, etc. Están
encaminados al “tú se feliz por tí”, donde rara vez existe la colaboración. La
Licenciada Olga concluye que sin duda una sociedad egoístamente preocupada por
lo económico irá para abajo cada vez más en el ámbito más importante, el social,
donde no existe el respeto por la dignidad de la persona y donde creemos que
podemos “pisotearla” para conseguir un fin.
Por ello, debemos impedir el uso de la persona humana como un mero
instrumento. Lo que diferenciaría hablando de lo correcto y lo incorrecto
(utilitarismo), sería la cooperación y el respeto mutuo, donde el hombre sea
capaz de identificar sus prioridades humanas y no dejarse cegar por sus
ambiciones. Se debe respetar la dignidad humana y, al mismo tiempo, alcanzar
los objetivos económicos y educativos (aproximación al conocimiento) adecuados
dándoles a cada uno, la importancia que se merece.
(Lic. Olga Navarro Benavides)
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