“HOMMO VIDENS: LA SOCIEDAD TELEDIRIGIDA”
Análisis realizado por la periodista María Fernanda Zavala Reynoso; Universidad Panamericana
Giovanni Sartori fue un sociólogo y considerado para muchos, el mayor
teórico de la comunicación y el campo político. En el 2005 ganó el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales y es conocido por obras como Partidos y Sistemas de
Partidos, La política: lógica y método en las ciencias sociales y Teoría de la
Democracia. En su libro, Hommo Videns, Sartori define a la primacía
de la imagen como la predominancia de lo visible sobre lo inteligible,
tratándose llanamente, de la transformación de la especie humana. El homo
sapiens se llegó a caracterizar por la "capacidad simbólica", que se
manifiesta en su uso del lenguaje.
Sin embargo, con la llegada de la televisión en el mundo, el ser humano
poco a poco fue transformándose en un "animal vidente", perdiendo
toda capacidad simbólica, donde los pensamientos se remiten a lo real. En
resumidas palabras, pasó de ser un ser pensante a un simple expectante. Es
relevante decir, que esto puede suponer un gran problema en el ámbito
educativo, ya que hoy en día se sigue promoviendo la enseñanza en base a la
comprensión lectora (se quiere pensar con imágenes). Y cabe recalcar, que la
imagen es opuesta al pensamiento. Considerando el natural desarrollo del niño,
sería inaceptable admitir un uso excesivo de las tecnologías en la educación a
tal punto donde los infantes estén al cuidado de “nannys tecnológicas”,
ya que lo moderno termina resultando contraproducente y poco natural para los
estímulos del ser humano. Si se crece solo viendo TV, la persona no solo se
convertirá en un ser culturalmente pobre, sino también será incapaz de
comprender abstracciones. Esto último con una de las peores consecuencias que
el mal uso de los medios de comunicación podría tener: la manipulación
mediática, la cual está fuertemente influenciada por los intereses y ambiciones
de políticos y económicos dominantes, excluyendo a todo aquel que no sigue la
corriente y estorba su camino. Lamentablemente, muchos de nosotros ni siquiera
sabemos que estamos dejándolos pasar desde “la banqueta (la opinión de la
empresa televisiva como fin la propaganda y manipulación).
Hablamos de una videocracia, donde hay una eficaz persuasión hablando de
las imágenes que nos rodean y que impactan significativamente, en la opinión
pública contemporánea. Después de todo el problema no son los medios en su
totalidad, sino más bien quién los controla y con qué fin. Han cambiado nuestra
manera de asimilar la realidad por completo, y nos hemos acostumbrado al goce
inmediato. Es una relación “ver”-”tener”, donde el ser humano se convierte en
un simple consumidor compulsivo de bienes y servicios de pobre criterio de
noticias e información, donde lo que consume puede o no estar verdaderamente
dirigido a su dignificación (lo único que importa es que consuma). Esto crea
dificultades mayores para conocer nuestra dignidad como persona y para conocer
la dignidad de los demás.
Los medios de comunicación, la televisión, las relaciones sociales, etc.
imponen y generan presión sobre nuestros instintos y tendencias al goce
inmediato y una distorsionada visión de lo que es la realidad. Nos lleva al
despilfarramiento de nuestro dinero y de nuestra vida queriendo ser alguien que
no somos, tener y comprar cosas que no necesitamos, con dinero que no tenemos,
para impresionar a gente que no queremos. Las modas, tendencias y corrientes de
opinión del momento son los factores que esclavizan al ser humano, quitándole
su autenticidad y su reconocimiento de los verdaderos valores de la existencia
humana (y donde lo que poseemos, nos terminan poseyendo).
Sartori tiene una visión pesimista respecto este tema, en el sentido de
que si la escritura, por ejemplo, es un factor de avance de las civilizaciones,
el "homo videns" es considerado como una involución de la especie
humana entrando en un periodo de "post-pensamiento", perdiendo
gradualmente la capacidad de entender quedándose simplemente en el obedecer, lo
que puede llegar a complicar la identidad cultural y la memoria colectiva, ya
que si no podemos comprender ni elaborar abstracciones... ¿Cómo hacemos para no
pensar solo en el presente?. ¿Cómo podemos mejorar como sociedad y como individuo?
Por eso es fundamental reflexionar sobre el contexto que nos rodea para poder
tomar conciencia de todo lo que nos manipula, dejando de lado el prejuicio del
efecto tercera persona, ya que todos nosotros (y reitero, todos) somos mucho
más manipulables de lo que creemos.
Es un hecho, la revolución y evolución digital existe, y la cultura
audiovisual hoy en día, domina el mundo. Tal como evolucionan las máquinas,
creemos que debemos de evolucionar como especie también, como si fuéramos
robots. Menos empatía, límites y sentimientos, con más funciones, alcance a
todo tipo de videos y información sin censura, y una preocupante insensibilidad
que no va acorde a nuestra naturaleza. ¿Por el hecho de que hoy tenemos
información a nuestro alcance en el tiempo y lugar que queramos esto significa
que nuestro criterio sea más rico y humano? La respuesta es no, no siempre. “El
hombre que mira” no hace referencia a un ser observador y enriquecido, sino
todo lo contrario, ya que deja a un lado la interpretación y el análisis; ha
acabado con su pensamiento abstracto y la percepción de las ideas claras,
adoptando ideas impuestas y preestablecidas.
Como un ejemplo está el concepto de la utopía; Cada quien tiene una
imagen diferente de ella, pero en el caso del hommo videns, este creerá sobre
la utopía lo que los medios le quieren hacer creer que es, con una forma pasiva
y conformista de entender al mundo. Los anteojos de los cómodos ignorantes, y
peor aún, la de los indiferentes. Muchos dicen que la esperanza en tiempos de
guerra más que un puerto, es un horizonte. Es como la anarquía: Ésta
siempre estará diez pasos enfrente de ti, ¿Entonces para qué tratar de
alcanzarla? Para seguir caminando, precisamente. Tal como un camino largo que
se anda a pequeños pasos. Esto último es, indiscutiblemente, una emotiva
perspectiva de Eduardo Galeano (periodista uruguayo) de lo que es la utopía.
Es recomendable la búsqueda de diversas fuentes de información para no
quedarnos sólo con lo que nos dicen los demás sobre lo que pasa en la realidad.
Al ver posturas diferentes, se podrá ampliar más el conocimiento desde
diferentes enfoques. Nuestra naturaleza se basa en el conocer y simbolizar, no
entorpecer nuestro desarrollo con la pereza del progreso. Hay que abrir los
ojos para poder cuestionar, proponer y hacer los cambios que nuestras vidas
necesitan. La televisión ya no es una variante de los demás medios de
comunicación, sino una sustitución como principal recurso utilizado y al
parecer, el nuevo amo del ser humano. A pesar de la exageración del libro este
no está exento de una lógica, ya que sirve como advertencia. Pero ya queda en
nosotros, escucharla.
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