Como un espejo de agua de suave y apacible oleaje, el Lago de Chapala se considera el lago más grande de México y una importante fuente de abasto de agua de la zona conurbada de Guadalajara. A pesar de su indudable belleza, la inmundicia aflora cuando hablamos de contaminación. La Organización de las Naciones Unidas identificó estas zonas como las vías navegables más contaminadas de todo nuestro país. Las consecuencias no son otras que el aumento imparable del número de enfermos renales crónicos, de cáncer de piel y enfermedades pulmonares. Y todo ello sin olvidar la afectación la la flora y fauna, lo que, a la postre, hace disminuir el turismo y empobrece a los moradores de la zona.
De todas ellas, la consecuencia más preocupante de todas es la defunción por enfermedad renal crónica. Esto significa que los riñones se dañan por estar sometidos a una constante intoxicación, y esto afecta tanto a niños como a personas mayores. Hoy en día, Jalisco se encuentra en primer lugar mundial en casos nuevos de esta enfermedad. Esto representa el dolor humano de miles de familias a saber que los gobiernos están desatendiendo su responsabilidad de prevenir y tratar enfermedades de niveles casi epidémicos en su población. Este es un derecho que se ve reflejado en el artículo primero de la constitución, el cual es considerado como fundamental.
Son cientos de puntos por los que aguas de drenaje, con metales pesados sin tratar, son descargadas ilícitamente por el cuerpo lacustre. Son menos de un tercio las aguas que se someten al tratamiento requerido, según datos publicados por la Conagua. Entre algunos de los componentes nocivos presentes en la sangre de los afectados, se encuentran, en primer lugar, el arsénico. A este le siguen bario, cromo, níquel y vanadio, los cuales pueden generar más de 100 enfermedades diferentes al ser consumidos a través del agua, o de los animales que la hayan ingerido. Se trata de desechos de fábricas, industrias y negocios agrícolas en masa, que hacen que Chapala reciba anualmente 17 mil toneladas de contaminación.
Un problema eterno
El Lago de Chapala es considerada la letrina más grande de Jalisco, en la cual cinco municipios metropolitanos están descargando sus aguas residuales. Entre estas, Zapopan, Guadalajara, Tlajomulco y el Salto, con cerca de 10 mil empresas situadas a lo largo de la cuenca del Ahogado. Estas deben registrar sus propias emisiones y encargarse de su tratamiento. Para los propios funcionarios del gobierno de Jalisco, esto supone un ejercicio de buena fe en el que no se puede confiar. Tampoco se hace nada para sancionar o limitar como se debe.
Ante esa inacción del gobierno estatal, el turismo se resiente. Existen tres plantas de tratamiento en la zona, pero estas no ha son suficientes. El agua está turbia, desprende malos olores y hasta causa la mortandad de peces. Todo ello genera el rechazo más que la atracción del turismo. Los negocios se ven afectados, ya que cada vez hay menos visitantes y, por lo tanto, menos ventas.
La población indígena en situación crítica
En vista de lo anterior, las comunidades sobreviven más que nada por la pesca y su consumo diario. Y el contaminante que está más presente en el animal es el mercurio. Este entra primero por el río Lerma, cuya cuenca también ha sido utilizada como alcantarilla para cientos de instalaciones industriales. Acto seguido, la corriente sigue empujando el mercurio y los contaminantes hasta su desembocadura en el lago de Chapala. La última parada termina en Mezcala de la Asunción y en San Pedro Itzicán. Desde 2010, estas son las partes más contaminadas y aquellas con más casos por daño renal.
Muchos niños y familias indígenas, que viven cerca de este lago y río, están en una situación crítica desde hace mucho tiempo. El artículo segundo de la constitución dice que, gracias a la diversidad de tantas etnias indígenas, se debe el origen de este gran país. Si la máxima que es la constitución lo está ordenando, ¿Por qué no se está cumpliendo? Por otro lado, el artículo cuarto dice que el gobierno está obligado a través de las instituciones a buscar el saneamiento del agua, ¿Por qué no lo hacen?
La entrevista
Para conocer de primera mano el problema, en El Despertador Panamericano nos entrevistamos con Angélica María Rosales. Esta madre de familia nos explica la deplorable situación que vive su familia debido a la contaminación del agua. No es la única. Como la suya, existen otras miles en su misma población, Mezcala. Esta comunidad indígena reivindica su origen al pueblo azteca coca. Fue nombrado por Philip Wayne Powell como “chichimeca que habita en el estado de Jalisco a los alrededores del Lago de Chapala”. Se localiza en el tope de la ribera norte del Lago de Chapala, a 45 minutos de Guadalajara. Angélica nos comparte también las acciones que se han llevado a cabo hasta ahora para que la crisis de agua potable sea más tolerable y llevadera.
Fernanda Zavala: ¿Desde hace cuánto su familia vive en Mezcala?
Angélica Rosales. Aquí nacimos y yo creo que aquí vamos a acabar. Igual como nuestros ancestros, que vivieron toda su vida en Mezcala. Aquí es nuestra eternidad.
F. Z. ¿Cómo ha afectado a lo largo de los años la contaminación del lago de Chapala en su familia y en las comunidades que se encuentran alrededor?
A. R. Ahora que hay más personas y familias en Chapala, hay más contaminación. No solo el turismo y las empresas contaminan el lago, sino que existe además una desconsideración por parte nuestra, de venir a arrojar nuestra basura al lago. Cuando llega el momento de realizar la pesca para venta y consumo nuestro, es donde notamos las consecuencias también. Pues ¿qué más podemos comer si no es eso? Pero así estamos ya, como quien dice, acostumbrados a la situación.
F. Z. Es cierto que existe la contaminación en el lago desde hace tiempo, pero, en tan solo un par de años, esta ha alcanzado su nivel máximo al grado de ser considerado tóxico y peligroso. ¿A qué se debe esto?
A. R. Allá por Cajititlán y el río Santiago-Lerma, se construyeron hace no mucho muchas fábricas que tiran todos sus químicos y desperdicios por medio del drenaje. Ya nos arrojaron todo a los lagos de aquí. Toda la contaminación del municipio de Chapala al fin y al cabo está presente aquí. El problema es que el gobierno no les pone límites ni sanciones. Tememos por nuestros hijos que consumen esa agua y esos pescados. Al igual que se vienen a bañar allí por la falta de acceso al agua.
F. Z. Podríamos hablar de una crisis de salubridad. De todas las enfermedades, ¿cuál se podría decir que es la más severa?
A. R. Se puede ver un patrón preocupante especialmente en el riñón, ya que muchas personas en los alrededores de Chapala han muerto por enfermedades renales relacionadas con la contaminación. El riñón es, pues, el órgano afectado que más ha causado defunciones. En estas temporadas nos está afectando mucho tanto a jóvenes como a adultos mayores. Afecta a todas las edades porque todos tenemos necesidad de seguir consumiendo del lago.
F. Z. ¿De qué forma las personas de las comunidades tratan esta dificultad?
A. R. Los que tienen los medios van con los médicos, pero de todas formas dicen que no hay remedio para eso, porque a veces las ronchas y sarpullidos son internos. Son difíciles de quitar, pueden estar dentro de la nariz, por ejemplo. Luego nos quieren mandar para Guadalajara a tratarnos y no está dentro de nuestras posibilidades. O, por otro lado, nos dicen los doctores que las posibilidades de adquirir cáncer son infinitas también. Ya mejor ni los llevamos, los dejamos aquí a su suerte.
F. Z. Este problema también tiene, como raíz, la falta de abastecimiento de agua limpia y potable. A veces les surten, a veces no. Por ello, las comunidades han acudido a las autoridades correspondientes para que se escuchen sus necesidades. ¿Es correcto?
A. R. Totalmente. Pedimos apoyos en la delegación. A veces nos mandan agua potable de fuera y nos llenan una tina y un tambito nada más por familia para lavar a nuestros niños y nuestros trastes. Hemos pedido más ayuda antes, pero no nos escuchan o no cubren nuestra necesidad como se debe. Por eso se crearon asociaciones para buscar resolver con un delegado en cada municipio.
F. Z. ¿Y el delegado de su municipio ha logrado avances?
A. R. En este caso las comunidades de Mezcala, San Pedro Itzicán, entre otras, vamos directo con el delegado de Poncitlán porque es la cabecera municipal. En su momento él buscó personalmente a Aristóteles Sandoval para que se abasteciera agua desde Guadalajara para acá. Pero ya nunca nos ayudó y hasta la fecha casi no nos mandan nada.
F. Z. ¿Hay cuestiones clave que impiden el abastecimiento del agua en ciertas épocas?
A. R. Sí. Tiene mucho que ver con el mes en que nos encontramos. Aunque en todos escasea mucho, por alguna razón abril y mayo son los meses más problemáticos. Nos salen con que se quemó la bomba, o el tubo está quebrado. Ya mejor nos mandan a lavar a las orillas del lago.
F. Z. ¿Cómo se ayudan entre ustedes?
A. R. Pedimos apoyos y nos juntamos los más que podemos para enfadar al delegado y que nos escuche. Lamentablemente, si lo hace, lo hace de mala manera, pero es la única forma. El tema de la contaminación también es con él. Firma unas hojas en Poncitlán para pedir ayuda en la limpieza del lago. También nos han incentivado a nosotros por medio de despensas, a cambio de que ayudemos a recoger basura en los barrios. Pero muchos, si no reciben despensa, no les nace ayudar.
F. Z. ¿Hay algo más que le gustaría compartir al respecto?
A. R. Por favor, espero que nos hagan caso algún día con los apoyos que necesitamos y que impidan que estas fábricas sigan tirando sus desechos. Ya viene la primera tormenta a mediados de mayo, que es cuando trae muchísimo lirio acuático y zacate, entre muchas otras cosas. Al final, toda la contaminación de los alrededores a través de los vientos y las tormentas, termina aquí en nuestras orillas. Sobre todo, por nuestros hijos, que son nuestro futuro en las comunidades.
Una situación que nos invita a la reflexión
La situación que se vive en Chapala debe invitarnos a la reflexión. Es necesario concientizar a ciudadanos y empresas no solo respecto del daño al medio ambiente, sino a la situación crítica de salud e higiene por la que pasan personas de comunidades sin recursos. Esta llegará a niveles letales si las autoridades no responden a su constante llamado de asistencia. Este pasa por que las empresas sean obligadas a que sus plantas de tratamiento funcionen correctamente, y castigadas si no lo cumplen. Además, se debe garantizar el recurso hídrico para el uso doméstico de todos los pobladores. Para que el agua que llega a las casas sea la adecuada, también deben participar en este trabajo las comisiones de derechos humanos. Tanto la federal, como la del estado. Hasta que no se produzcan estos cambios tal día como hoy, Día de la Tierra, no tendremos mucho que celebrar.
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