Guerras territoriales
La violencia en México está íntimamente relacionada con “guerras por territorio” entre organizaciones criminales rivales. Las luchas territoriales generan aumentos explosivos de violencia. Esto sucedió en Ciudad Juárez ente 2010 y 2011 y explican, tanto la violencia en Acapulco, Guerrero, como la actual guerra en Tijuana, Baja California, donde recientes enfrentamientos entre el Cartel Jalisco Nueva Generación y el Cartel de Sinaloa dejaron más de 700 homicidios en menos de un año.
Estas guerras no sólo son extraordinariamente letales, sino
provocan daños sociales irreparables. En este artículo, queremos enfatizar el
daño que ocasionan a los más jóvenes. Por ejemplo, durante la etapa de mayor
violencia en Ciudad Juárez, Chihuahua, los niños pandilleros en colonias como
Gustavo Díaz Ordaz, Plutarco Elías Calles y Adolfo López Mateos se convirtieron
en la “carne de cañón” de grupos como La Línea, Los Aztecas y Los Mexicles,
asociados con los cárteles que entonces disputaban el territorio.
Nuestra investigación demuestra que lo que sucedió en Ciudad
Juárez no es atípico, ya que las guerras territoriales se asocian con aumentos
explosivos de homicidios y de pandillerismo. Es de esperarse que, a medida que
el territorio se vuelve violento, los jóvenes busquen asociarse con pandillas
por necesidad económica, de afecto y de protección en barrios en los que el
Estado no la ofrece.
Una vez que un niño se inserta en un círculo violento, es
más probable que adopte comportamientos violentos. Además, entre pandillas, la violencia
es contagiosa ya que un conflicto entre grupos rivales se escala fácilmente por
venganzas o para mandar señales que disuadan agresiones futuras.
Si analizamos los cuestionarios a directores de secundaria
de la prueba ENLACE en el periodo 2008-2013, observamos que 1) un tercio de las
escuelas del país reportó pandillas alrededor de sus instalaciones en algún
momento del ciclo escolar y 2) fueron tipos específicos de planteles los que
presentaron la mayor vulnerabilidad.
En la Figura 1, mostramos la estimación de un sencillo
modelo logístico que mide qué características generales de las escuelas y de
sus comunidades pueden predecir la presencia de pandillas. Del lado derecho de
la línea roja, observamos las características que aumentan la razón de probabilidades
y, del lado izquierdo, aquéllas que la disminuyen. El modelo sugiere lo
siguiente:
• Los estudiantes que asisten a los turnos vespertino y
nocturno podrían ser más vulnerables a interactuar con una pandilla que los que
asisten al turno matutino.
• Las telesecundarias y secundarias comunitarias se ven
menos afectadas por pandillas que las secundarias regulares.
• Las escuelas financiadas por la federación y las privadas
son menos vulnerables a la presencia de pandillas que las de sostenimiento
estatal.
• Las escuelas localizadas en municipios donde ocurrió una
“guerra por territorio” son más proclives a presenciar más pandillas.
Figura 1. Predictores de la presencia de pandillas alrededor de las escuelas
Nota: Modelo logístico con efectos fijos por año y entidad.
Coeficientes reportados en razones de probabilidades. Intervalos de confianza
de 95%. Datos por escuela de ENLACE 2008-2013 y de la Secretaría de Salud, a
nivel municipal, en el mismo periodo.
Empíricamente, identificamos una “guerra por territorio”
cuando el número mensual de homicidios municipales aumenta en forma inesperada
– dos desviaciones estándar arriba del promedio móvil de los homicidios en ese
municipio durante los años previos. Es decir, el coeficiente de esta variable nos
muestra una clara correlación entre muertes atípicas causadas por la lucha
entre organizaciones rivales y la proliferación del pandillerismo.
Derivamos dos conclusiones:
1) durante los años más violentos del periodo 2008-2013, cerca de 2 millones de estudiantes de secundaria estuvieron en riesgo de ser víctimas de una red delincuencial– niños y niñas de entre 11 y 15 años, y
2) la relación entre pandillas y delincuencia
organizada podría implicar que las
primeras fueron utilizadas como mecanismo de reclutamiento, y que fueron la
respuesta de los jóvenes a la tiranía del crimen. En ambos casos, parece ser
que el crimen organizado hace sentir su presencia en las escuelas mediante
aumentos en pandillerismo y en homicidios de jóvenes.
Un primer paso para localizar a estudiantes en riesgo de
reclutamiento o victimización es la comparación, en cada municipio y localidad
del país, de la tasa de homicidios con el porcentaje de escuelas que reportan
pandillas. Por ejemplo, al analizar el área metropolitana de la Ciudad de
México, identificamos dos ejemplos reveladores: Ecatepec, en el Estado de
México, y Gustavo A. Madero, en la capital del país.
En la Figura 2 mostramos que, en Ecatepec los homicidios y las pandillas crecieron explosivamente; para 2012, más de una tercera parte de las secundarias del municipio reportaron la presencia de este tipo de agrupaciones, mientras los homicidios pasaron de 213 en el año 2008, a 543 en 2012.
En contraste, la Figura 2 muestra que en la delegación Gustavo
A. Madero (vecina de Ecatepec), aunque hubo un aumento de homicidios, éste no
fue explosivo o atípico y no se asoció ni a una guerra entre grupos criminales
ni a las variaciones en reporte de pandillas.
Figura 2. Porcentaje de secundarias con pandillas y tasa de
homicidios en Gustavo A. Madero y Ecatepec (2008-2013)
Nota: Tasas de homicidio por 100,000 habitantes. Datos de
ENLACE 2008-2013 y de la Secretaría de Salud, a nivel municipal, en el mismo
periodo.
Si bien basamos nuestro análisis en los autoreportes de los
directores, creemos que nuestros resultados sugieren cómo identificar los
territorios en los que la delincuencia organizada utiliza a las pandillas para
incrustarse en la comunidad. En futuros ensayos explicaremos a mayor detalle en
este espacio los círculos de violencia en los que se encuentran los jóvenes de
municipios periféricos y violentos como Ecatepec. También describiremos qué
factores protegen a los jóvenes de ser reclutados por las organizaciones
criminales y cuáles los vulneran y propondremos acciones concretas para reducir
la violencia dentro y fuera de las escuelas en estas zonas.
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