PROBLEMAS GLOBALES: LA MALA IMPLEMENTACIÓN DEL
CAPITALISMO
Crítica realizada por la periodista María Fernanda
Zavala Reynoso; Universidad Panamericana
Es un hecho que problemas globales han estado aumentando de manera significativa en los últimos años, así como la forma en que ha cambiado el patrón de cómo la gente percibe y toma acciones si es posible, para superar estos fenómenos y traer soluciones eficientes. El propósito de esta investigación es examinar, analizar, identificar y explicar de la manera más clara, breve y concisa, las causas y consecuencias que un problema global podría traer, así como sus efectos en la sociedad. En este caso, el tema de la mala implementación del capitalismo. Su servidora eligió este tema particular para el blog, debido al hecho que es importante comenzar a pensar y adquirir nuevas perspectivas y lecciones de relaciones humanas para un mejor desarrollo en el entorno en el que vivimos, al igual que concientizar desde otra perspectiva, sobre las fallas y consecuencias que este sistema económico, político y social presenta.
Esta recolección de datos e investigación por medio de la
web nos permitirá conocer la importancia de este tema y su impacto para estar
más al tanto de sus causas y efectos, independientemente del país en el que
vivimos…
EN CONCRETO…
De acuerdo con el diccionario Merriam Webster, el
capitalismo es un sistema económico caracterizado por la propiedad privada de
bienes de capital, así como la producción y distribución de bienes vinculados
principalmente por la competencia en el mercado libre. Pero como otros sistemas
económicos, las consecuencias de una mala implementación del capitalismo
también tienen consecuencias catastróficas y no tan buenas que se centran
principalmente en los individuos.
Los pueblos deben continuar apoyando a los gobiernos
progresistas, porque estos, (con errores o sin errores, no son perfectos) están
intentando gobernar con equilibrio, favoreciendo a las clases populares y
manteniendo a raya a los grupos de poder. Fuera de elegir a gobernantes
progresistas, se debe también exigir a estos que cumplan con sus planes. Se
debe observar, evaluar, analizar, criticar las acciones de estos gobernantes,
puesto que ellos se deben al pueblo que los eligió. Si no cumplen con sus
ofertas, debemos criticarlos, de manera positiva o de forma dura, para que
ellos no defrauden al pueblo. La única
forma de que el planeta siga adelante, es con gobiernos progresistas. Estos
gobiernos, fuera de usar el capitalismo con tendencia social, deberán buscar
nuevos modelos socioeconómicos que respondan a las necesidades de las personas,
y del propio planeta.
Ciertamente, hay personas que piensan que para criticar al
capitalismo es necesario ser economista o profesional afín. Si el capitalismo
fuera como la ingeniería nuclear o la astrofísica, seguramente, para un
análisis profundo, correspondería a profesionales o investigadores de las
citadas áreas hablar específicamente al respecto, si bien, todo ciudadano que
lee, podría dar una opinión personal al respecto de cualquier área en función
de su vivencia o de su experiencia; por eso, sobre el capitalismo pueden opinar
desde un científico social hasta un paisano que vive bajo la influencia de este
sistema.
En estas circunstancias, podemos pensar y criticar muchos
más, al respecto de los modelos sociales porque vivimos influenciados por
ellos. Y toda crítica tendría que ser para mejorar, por muy dura que sea ella,
y evitar la indiferencia frente a aquello que puede ocasionar una hecatombe
social o planetaria. Hoy, ya no es época para que nos quedemos callados frente
a muchas iniquidades generadas por un modelo socioeconómico en decadencia, como
es el capitalismo.
No podemos negar que el capitalismo, ha dado al hombre la
posibilidad de un gran desarrollo en muchas áreas del conocimiento. Ha
posibilitado que el hombre avance de la "carreta" al "avión
supersónico" y el hombre se mueve en una sociedad jamás soñada hace dos
siglos por el hombre común. Solamente algunos escritores de ciencia ficción,
como Edgar Allan Poe y Julio Verne vislumbraron algunos aspectos de la sociedad
actual. Pero, esto no significa que debamos cerrar los ojos frente a las
debilidades y a la futura expiración del capitalismo.
Hoy estamos en el siglo XXI y el capitalismo ha tomado dos
vertientes: La del hipercapitalismo (capitalismo salvaje), usado por varias
potencias mundiales y su séquito de países dependientes, con gobiernos afines,
y el capitalismo con tendencia social utilizado por gobiernos progresistas de
muchos países del orbe.
El Hipercapitalismo es el suprasistema donde surge una nueva
economía que favorece a pocos, los megamillonarios, quienes buscan hacer más
fortuna sin importar la dignidad humana, ni el equilibrio ecológico. Estos
megamillonarios, que no pasan de los mil sujetos, o tal vez menos o un poco
más, no importa, se ocupan de hacer crecer sus empresas en todo el orbe usando
todos los medios a su alcance. Hacen creer que están implementando el capitalismo
para beneficio del individuo y del desarrollo de los países. Sin embargo, en un
mercado globalizado, a través de sus empresas, intentan obtener las mayores
ganancias posibles, sin importar si eso genera un aumento inusitado de la
pobreza, de la inseguridad ciudadana, de la contaminación ambiental, de la
violencia, o de otro tipo de calamidad.
El Capitalismo con tendencia social (está frase seguramente
es una herejía para algunos sociólogos) viene siendo aplicado, paradójicamente,
en muchos de los países con gobiernos progresistas. Ante el fracaso de las
doctrinas del comunismo o socialismo materialistas, los gobernantes de
izquierda, no han tenido otra opción que continuar usando el capitalismo, pero
dándole un giro social, para que beneficie a las mayorías, o sea, al pueblo. Y
por los frutos que vemos, esa postura de continuar usando el capitalismo y
darle un giro social está teniendo
resultados positivos, a pesar de los falsos agoreros, que defienden al capitalismo
“puro” (y por detrás al hipercapitalismo), asumiendo posturas de derecha o de
ultraderecha, o muy a pesar de aquellos que defienden posiciones de
ultraizquierda, o de la propia izquierda llamada de “infantil”. Si bien, se
puede vislumbrar que este “capitalismo con tendencia social” es simplemente un
paso más hacia un socialismo democrático (Los progresistas tienen que ser
también estratégicos en un mundo donde el capitalismo se convirtió en un
espejismo que oscurece la sabiduría humana).
En las condiciones actuales, se puede conjeturar que en un
plazo perentorio el capitalismo está destinado a desaparecer, puesto que ya
cumplió su función principal: generar las condiciones para que la humanidad
asuma otro modelo socioeconómico acorde a los nuevos tiempos y al nuevo ciclo
existencial de nuestro planeta. Así, se proyectan distintos modelos sociales
que le darán una respuesta adecuada a las necesidades del hombre, donde lo
espiritual será el ingrediente primordial para la vida futura.
Una sociedad espiritualista (desde cualquier enfoque
espiritual) es totalmente incompatible con una sociedad capitalista. Debemos
entender el capitalismo como un sistema que tiene razón de ser en un periodo de
evolución del hombre. La proyección hacia el futuro es: En cuanto el hombre se
vaya aproximando a una madurez personal y espiritual, el capitalismo se va
minimizando hasta desaparecer. En una sociedad espiritualista (de cuño budista,
cristiano, mahometano, judío, hindú, etc.) los bienes que el planeta nos otorga
son de todos y para todos. La etapa infantil de la posesión del objeto
desaparece y surge un hombre maduro que disfruta y comparte las riquezas de la
Tierra y del Universo.
Una sociedad capitalista, como la que vivimos, se
centraliza en el desarrollo del individuo, defiende la propiedad privada,
acumula riqueza y poder, desarrolla la tecnología y explota los recursos
naturales. Cuando el equilibrio predomina, de pronto el capitalismo todavía es
útil, y se le puede dar también un giro social como lo hacen los gobiernos
progresistas o de izquierda. Sin embargo, cuando predomina el desequilibrio,
existe una sobrevaloración del individuo sobre el grupo y va en contra de la
misma sociedad; la propiedad privada no tiene límites, y cualquier personaje puede
tener lo que venga en gana, con tal de que tenga el dinero para pagarlo, aun
yendo en detrimento de otros; se acumula poder y riqueza sin importar los
medios y los efectos (En las revistas científicas sociales se indica que la
mayor parte de la riqueza del planeta la tienen simplemente unas mil familias y
que no son nada frente a los miles de millones que somos nosotros); se
desarrolla tecnología no sólo para producir lo necesario para el hombre, sino
también para producir lo superfluo (la basura con precio); se explota los
recursos de la naturaleza sin importar si esos recursos no son renovables, sin
considerar que se va aumentando la contaminación, sin tomar en cuenta la
destrucción del hábitat de animales y humanos, y; se mantienen enfermedades
para que las empresas farmacéuticas lucren.
Y para que no te quede la menor
duda de que el capitalismo es un sistema incompatible con una sociedad
espiritualista o comunitaria y que es simplemente un modelo para una cierta
época (y no es eterno), es necesario que sepas que el anti-valor fundamental
bajo el cual se sustenta el capitalismo actual es: El acaparamiento. Siendo esta la realidad, es importante para la gente de la
calle sepa comprender que los sistemas socioeconómicos son para un tiempo,
luego hay que cambiarlos y transformarlos, en la medida que el hombre crece y
evoluciona. No debemos hacernos engañar con el dictado de que “si estás contra
el capitalismo es porque eres comunista”; o, de “si estas contra el comunismo,
entonces, tienes que apoyar al capitalismo”; o, “el único sistema que tiene
validez es el capitalismo (o el comunismo)”.
En estas circunstancias, es necesario tomar conciencia de que el
capitalismo es un sistema temporal, simplemente para una época. No es un
sistema que tiene que durar por toda la eternidad, como quieren hacer creer de
manera directa o sutil aquellos que son proclives al capitalismo o al
hipercapitalismo. El capitalismo, mientras exista, puede ser usado para bien o
para mal. En este contexto, el gobierno de Obama tendría que apoyar a todos los
países que viene usando el capitalismo con tendencia social, pero
paradoxalmente, Obama, en su discurso dice apoyar a los gobiernos democráticos,
pero en la práctica continua con la línea tradicional de un gobierno de derecha,
apoyando en el fondo la vigencia del hipercapitalismo.
Sabemos que las cosas no
son fáciles en Estados Unidos, puesto que se tiene al frente a los
republicanos, que asumen, en general, una postura ultraderechista, por lo tanto
defienden acérrimamente al hipercapitalismo (disfrazado de capitalismo). En ese
contexto, Obama, tendría que mostrar a su país que quienes están usando el
capitalismo como tendría que usarse son los países con gobiernos progresistas,
y habría que apoyar a esos países. Los gobiernos de derecha, apoyados por el
gobierno de Obama o por cualquier otro del orbe capitalista, por mucho que
tengan en su seno a gente “demócrata” y “honesta”, por las presiones del propio
sistema salvaje, al final llegan a apoyar la vigencia del hipercapitalismo, con
todas las consecuencias funestas para los pueblos y para el propio planeta.
No hay que temer a que este modelo se llame socialismo democrático,
socialismo comunitario, u otro, pero que responda a las necesidades de la
humanidad en su conjunto. Y este nuevo modelo, si se desea que tenga éxito,
tendrá que tomar en cuenta los valores espirituales que están inmersos en las
principales doctrinas religiosas del mundo. Por esto se dice que “Aquel que
Viene, no viene a instaurar un gobierno capitalista o comunista (en el sentido
clásico), sino que viene a implementar el Plan Divino”, y para comprender este
plan debemos despojarnos de ideas maniqueistas o de ideologías anquilosadas.
Según el capitalismo, nosotros “valemos “porque compramos:
las marcas que compramos, así como también lo que tenemos materialmente
(independientemente de si lo necesitamos o no). Eres un consumidor de bienes y
servicios, y lo que compras puede o no estar dirigido a tu dignificación (lo
único que importa). La creación de mayores dificultades para ser consciente de
su propia dignidad y la dignidad de los demás es producto del fenómeno del
materialismo.
Gracias al materialismo, olvidamos lo que realmente importa
en nuestras vidas. El consumismo también ha sido un producto del capitalismo
desde hace mucho tiempo, donde los medios, la televisión, las relaciones
sociales, etc. imponen y generan presión sobre nuestros instintos y tendencias
para disfrutar de una visión inmediata y distorsionada de lo que es la
realidad.
Al final nos lleva a despilfarrar nuestro dinero y nuestra
vida al querer ser alguien que no somos, tener y comprar cosas que no
necesitamos, con dinero que no tenemos, para impresionar a las personas que no
nos gustan. Para evitar ser poseídos por nuestras posesiones, las personas
deben tomar conciencia acerca de que se puede encontrar la esclavitud incluso
en nuestra propia TV.
Una vida espiritual involucra asumir que los bienes del planeta son de todos, y que el sistema de vida a ser implementado en la tierra tendrá que tener mucho menos de capitalismo y mucho más de socialismo democrático. La única propiedad privada que tiene el hombre es su cuerpo físico, y todo lo demás es propiedad de la humanidad y de los reinos que conviven con el hombre y que comparten las riquezas de la Tierra.
LISTA DE REFERENCIAS:
Filosofia.net. (2018). ¿Qué es el Capitalismo?.
[online] Disponible en:
http://www.filosofia.net/materiales/sofiafilia/fyc/fyc_4_13.html [Acceso 21 de
Mayo del 2018].
Nintil. (2014). Análisis del consumismo II: Consumismo y
materialismo. [online] Disponible en:
https://nintil.com/2014/10/13/analisis-del-consumismo-ii-consumismo-y-materialismo/
[Acceso 21 de Mayo del 2018].
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